La contaminación en los estadios de fútbol: pirotecnia y enfermedades respiratorias

Atletico Bucaramanga vs Racing 10/04/2025

El 2024 quedará grabado en la historia del fútbol colombiano como el año en que el Atlético Bucaramanga rompió una sequía de 75 años y se coronó campeón de la Liga BetPlay. Con una campaña impecable en el Torneo Apertura, el equipo dirigido por Rafael Dudamel demostró solidez, garra y una conexión única con una  hinchada que vibró en cada partido del Estadio Alfonso Lopez, hoy rebautizado como Américo Montanini en un justo reconocimiento a la memoria de uno de sus grandes idolos, goleador historico y fundador de una nueva familia santandereana que lleva orgullosamente su apellido.

Ahora, en 2025, los «Leopardos» siguen haciendo historia en su debut en la Copa Libertadores, donde están a un paso de clasificar a octavos de final tras enfrentarse a gigantes como Racing Club y  Colo Colo, campeones  alguna vez del evento y al competitivo  Fortaleza de Brasil. Sin embargo, detrás de la fiesta futbolística hay un problema que amenaza la salud de los aficionados: la contaminación generada por la pirotecnia en los estadios y su impacto en las enfermedades respiratorias.  Los aficionados no entienden bien y se quejan de las disposiciones que determino la CONMEBOL en relacion con ese aspecto para este torneo.  Vamos a tratar de explicar brevemente las razones que tuvieron para ello.

Los fuegos artificiales y las bengalas son elementos comunes en las celebraciones futboleras. Sin embargo, su uso en recintos cerrados o semicerrados como los estadios conlleva riesgos graves para la salud y el medioambiente.  Cuando se encienden bengalas o fuegos artificiales, liberan una mezcla de químicos como nitratos, sulfatos, percloratos y metales pesados (aluminio, bario, cobre y estroncio) que dan esos vibrantes colores en el cielo pero también contaminan el aire que respiramos.

Estas sustancias generan material particulado (PM2.5 y PM10), partículas microscópicas que penetran profundamente en los pulmones y pueden llegar al torrente sanguíneo. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), la exposición a estas partículas agrava el asma, la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y puede desencadenar infecciones respiratorias.  Un paciente con una enfermedad respiratoria puede desarrollar una crisis y presentar complicaciones graves en su salud, incluso la muerte si su enfermedad pulmonar lo hace muy fragil.

Un estudio de la Universidad de Birmingham reveló que, aunque los niveles de PM suelen normalizarse en 24 horas, en condiciones de poco viento (como en estadios cerrados), los contaminantes se acumulan y prolongan su efecto nocivo.  Los gases tóxicos de la pirotecnia no solo afectan a quienes tienen enfermedades preexistentes. La inhalación de humo con metales como el bario (citotóxico) o el cadmio (causante de enfisema) puede tener efectos crónicos, incluso en personas sanas.

Además, la contaminación acústica de las explosiones (que superan los 140 decibeles) puede causar daño auditivo permanente y estrés, según la OMS.

En espacios como el Américo Montanini, el humo de las bengalas puede quedar atrapado por algunos minutos exponiendo a miles de personas a concentraciones peligrosas de contaminantes. La UEFA ya advirtió que la pirotecnia en estadios no tiene una «distancia de seguridad» viable, aumentando el riesgo de quemaduras, intoxicaciones y pánico .

La FIFA y la CONMEBOL prohíben el uso de pirotecnia en sus competiciones, pero su aplicación había sido irregular hasta que en los últimos años se instauraron medidas más estrictas. De hecho, Racing Club fue multado y sancionado con un partido a puerta cerrada precisamente por este motivo. Por Casualidades del destino el encuentro que debió jugar sin público fue contra el Atlético Bucaramanga, un partido que terminó con una victoria épica para el equipo leopardo, marcando un hito histórico: no solo fue la primera vez que un club colombiano ganaba en el Estadio Presidente Perón en Copa Libertadores, sino también la primera victoria como visitante del Atlético Bucaramanga en este torneo.

En la Libertadores 2025, Bucaramanga y sus rivales del Grupo E acordaron medidas para garantizar seguridad en las gradas, aunque el reto sigue siendo educar a los aficionados.

Algunas opciones alternativas a la pirotecnia, mucho menos menos dañinas son:

  • Espectáculos con drones o luces LED, que no generan humo.
  • Bengalas «ecológicas» (con menos metales pesados).
  • Campanas de aire comprimido para simular explosiones sin químicos.

El Atlético Bucaramanga, como campeón y representante de Colombia, podría liderar campañas de conciencia. Imaginen una barra amarilla que celebre con cánticos y banderas en lugar de humo, protegiendo a niños, ancianos y enfermos respiratorios que también son parte de la familia del Leopardo.

El fútbol es pasión, alegría y comunidad. El título de Bucaramanga en 2024 y su hazaña en la Libertadores 2025 son motivos de orgullo, pero no deberían costarnos la salud. La pirotecnia no solo opaca el juego con su humo, sino que pone en riesgo a los más vulnerables. Y los enfermos respiratorios tambien tienen derecho a disfrutar del espectaculo y a ir al estadio. 

Como hinchas, tenemos el poder de cambiar esta realidad: celebrar con responsabilidad, exigir alternativas seguras y preservar el aire limpio en los estadios. Porque al final, lo que queremos es seguir vibrando con cada gol… pero con pulmones sanos.


 

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