El tabaquismo ha sido un problema social grave desde hace muchos años. Cerca de 7 millones de personas mueren cada año por causas relacionadas con este hábito. Las enfermedades cardiovasculares, muchos tipos de cáncer (lengua, amígdala, laringe, pulmón, estómago, páncreas, vejiga, etc ) y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica explican la gran mortalidad asociada con el cigarrillo. El tabaquismo también es importante en pediatría porque los hijos de los fumadores están expuestos a un ambiente contaminado que los lleva a sufrir de más infecciones respiratorias y de asma. Los fumadores también presentan más complicaciones respiratorias tras una cirugía y es por eso que se recomienda a los pacientes dejar de fumar al menos dos meses antes del procedimiento.
Son tantos los costos económicos y de salud por muerte o incapacidad relacionados con el tabaquismo, que diferentes gobiernos han decretado leyes estrictas anti tabaco para prevenir el desarrollo de la adicción entre los jóvenes. Hoy día se ha creado conciencia y cada vez es la tolerancia social hacia este hábito es menor. En Colombia, pais con una de las más sólidas leyes anti tabaco, es imposible encontrar restaurantes con «zonas exclusivas para fumadores», algo que era impensable el siglo pasado. Este tipo de intervenciones de los estados previniendo adicciones van a impactar en mejor calidad de vida para sus ciudadanos, pero que hacer con los individuos que ya son fumadores consuetudinarios? Cuál es el mecanismo de esta adicción?
De las cerca de dos mil sustancias que tiene un cigarrillo , muchas de ellas cancerígenas, sólo una es adictiva, la nicotina, un estimulante presente en la hoja del tabaco y en menor cantidad en otras solanáceas que tiene afinidad por receptores neurales específicos en el cerebro que participan en la liberación de dopamina y que están asociados con los circuitos de recompensa.
Luego de la inhalación del humo del cigarrillo la nicotina llega muy rápidamente al sistema nervioso estimulando los circuitos de recompensa, pero con el tiempo se va produciendo tolerancia y se va creando dependencia física y psicológica. Por eso es difícil abandonar el hábito.
Para brindar un tratamiento efectivo al paciente debe cuantificarse este nivel de adicción, lo que se puede hacer con la escala de Fagerstrom.
Una vez establecido el nivel de adicción, se procede con el plan de tratamiento que puede extenderse hasta por más de un año y que incluye terapia cognitivo conductual reforzada con medicamentos para bloquear la ansiedad y el mecanismo de adicción, así como terapia de reemplazo nicotínico en casos seleccionados.
Si bien, existe probabilidad de fracaso y de abandono del tratamiento, sobre todo durante el primer año del mismo, dejar de fumar si es posible. Consulte con un médico experto en tabaquismo. Disminuir su riesgo cardiovascular y de cáncer o retardar la progresión de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica ya establecida justifican el esfuerzo empeñado.
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